LA FUNCION SOCIAL QUE DESEMPEÑA UN ABOGADO

Hoy en día, al Abogado, no se le ha reconocido el valor que en realidad se merece; su misión permanente sigue siendo buscar el bienestar social y el bien común de la sociedad; en verdad no se le ha reconocido su valor profundo, en la convivencia humana. El Abogado como el Derecho no puede permanecer inmutable frente a una sociedad que exige tantos cambios, a cambio de nada, circunstancia que obliga a un replanteamiento de todos los valores éticos, morales y sociales. El Abogado desempeña una misión esencial en una sociedad fundada en el respeto a la justicia. Su misión no se limita a ejecutar fielmente un mandato en el marco de la Ley. En un estado de derecho, el Abogado debe servir los intereses de la justicia, así como proclamar y defender los derechos y libertades. El Abogado como profesional, se caracteriza por su orientación hacia el ideal de servicio, que antepone los intereses de su cliente y de la sociedad a los suyos propios y por su sujeción a los principios deontológicos. La función social del Abogado le impone la sujeción a una serie de exigencias éticas que van más allá de las impuestas a los demás ciudadanos sujetos a la ley general: dignidad, integridad, independencia, desinterés, diligencia, secreto profesional, etc. La ética es el valor mas preciado del Abogado. No bastan el talento, la formación, la experiencia. Son necesarios, pero no suficientes. Se requiere sobre todo el culto continuo a la verdad y a la justicia. Aquí se halla el núcleo central de la profesión jurídica. Justicia y verdad son los dos grandes pivotes morales del hombre del derecho. El abogado debe ser defensor de las libertades civiles y políticas que aseguran el respeto a la dignidad humana y el bienestar general. Luego entonces, quien tiene a un abogado de amigo y consejero ha encontrado un tesoro que se aquilata con justicia, equidad, libertad y paz social.